Los mayores recordarán su talante dialogante, su voz inconfundible, su sonrisa, su incisiva forma de entrevistar y su profesionalidad al frente de los muchos programas de televisión que presentó desde los años 80 en TVE. Los más jóvenes, sin embargo, la reconocerán junto a José María Aznar, Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo y Felipe González leyendo un emotivo pero firme discurso al final de la multitudinaria manifestación ciudadana de repulsa al asesinato de Miguel Ángel Blanco. Era el 14 de julio de 1997 y como siempre que se la requería, no dudó tampoco aquella mañana en colocarse en primera línea frente a los terroristas y frente a sus cómplices, frente a todos los que querían, y quieren, que implosione un modelo de Estado que tanto costó construir, a partir de una dictadura de casi 40 años: "Con la paz y con la palabra, pero también con la ley, con la paz y con la palabra: ¡a por ellos! Desde el respeto a la vida..., desde el respeto a la vida, desde la más profunda de las convicciones democráticas, desde la más firme defensa de la convivencia pacífica: a por ellos con la paz y la palabra. Porque somos infinitamente más y, sobre todo, porque somos infinitamente mejores: ¡a por ellos, porque basta ya!".
Era Victoria Prego, que murió la madrugada del 1 de mayo a los 75 años después de una larga enfermedad, algo más que una periodista. Fue, ante todo, una ciudadana comprometida con los valores del Estado de derecho y consciente de la fragilidad de todo sistema democrático que, como el nuestro de 1978, tiene unos poderosos enemigos internos, a los que no dejó nunca de combatir desde los medios en los que colaboró (que no fueron pocos, especialmente este periódico, donde llegó en año 2000 de la mano de Pedro J. Ramírez) y desde la tribuna del último en el que trabajó, El Independiente, diario que ayudó a fundar en 2016 junto a Casimiro García-Abadillo, cuando ambos salieron de EL MUNDO un año antes. Victoria, así la conocía todo el mundo, así la llamábamos en la redacción de este periódico todos los que tuvimos el privilegio de trabajar con ella, sabía de la enorme responsabilidad que tiene el periodismo en el fortalecimiento de la democracia. Por eso lo ejerció siempre con la seriedad y el respeto que su oficio le imponía. Sin desfallecer nunca a pesar de la degradación y deriva de la vida política y periodística que no se cansaba de denunciar. En 'Homenaje a la Constitución', libro colectivo en el que participó con motivo del 40 aniversario de la Carta Magna, escribió: "A esa deslealtad de los partidos nacionalistas devenidos abiertamente en secesionistas se ha venido a sumar desde 2015 la beligerancia contra la actual Constitución española de un partido antisistema que abomina de lo que sus dirigentes califican despectivamente como el régimen del 78". Aún quedaría por venir lo peor: que esa labor de disolución estuviera impulsada desde la misma presidencia del Gobierno.
Por eso, también, por su enorme implicación ética con la sociedad española, se embarcó en la que fue la gran obra de su vida: legar a las siguientes generaciones un relato lo más fidedigno posible de la Transición, riguroso, sin apartarse nunca de los hechos y con fuentes de primera mano (fue la única periodista que entrevistó largamente a los cuatro primeros presidentes del Gobierno, Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo, Felipe González y José María Aznar). Primero en una serie de televisión ya clásica e inevitable para quienes quieran conocer ese convulso momento de la reciente historia de España, Historia de la Transición, que abarcaba los años cruciales que van desde el asesinato de Carrero Blanco en diciembre de 1973 hasta la victoria del PSOE en octubre de 1982. Pero luego, en numerosas obras de investigación periodística entre las que destaca, Diccionario de la Transición, Así se hizo la Transición o El camino de la libertad, una obra compuesta por 31 volúmenes y 31 DVD's que coordinó para este periódico, sobre los primeros 30 años de nuestra democracia (1978-2008). Realizó, también, varios documentales más, como Así murió Franco, por el que recibió la Medalla de Plata de Documentales Históricos en el Festival de Nueva York, o, para TVE en el año 2000, Juan Carlos I, 25 años de reinado.
Había nacido en Madrid, el 11 de noviembre de 1948, y era hija del periodista, crítico teatral y dramaturgo Adolfo Prego, que llegó a ser director de Blanco y Negro y recibió el Premio Camba en 1987. Tras estudiar Periodismo y Ciencias Políticas y trabajar en algunos medios como la Agencia EFE o los diarios El Alcázar e Informaciones, aterrizó en Televisión Española, primero como redactora de la sección de Internacional del Telediario de la Segunda Cadena, hasta su marcha a Londres, donde ejerció como corresponsal, entre 1977 y1979. A su vuelta, dirigió varios programas televisivos como Redacción de noche y empezó a recibir premios, como el TP e Oro en 1981 por su labor como presentadora y subdirectora de Al cierre, en la Primera Cadena. De abril a noviembre de 1983 dirigió y presentó en TVE el espacio de entrevistas Españoles y pasó posteriormente a Radio Nacional donde dirigió y presentó el informativo de las dos de la tarde, para dirigir y presentar durante todo 1987 el programa Debate en la Primera de TVE. Pero fue en 1988 cuando junto al realizador Elías de Andrés (que se convertiría en su segundo marido, antes había estado casada con el periodista Ángel Santacruz, con el que tuvo dos hijos) comenzó la titánica labor documental que supuso Historia de la Transición española, una serie que serviría de referencia para el resto de historiadores y periodistas que quisieran acercarse a ese periodo. Y que editorialmente no gustó mucho en la cadena pública, que tuvo la serie retenida al menos dos años y la emitió solamente en la Segunda Cadena en el verano de 1995, para no darle excesiva publicidad. La realidad, sin embargo, se impuso y los documentales tuvieron una formidable aceptación por parte del público en general, con audiencias masivas, y por los historiadores del periodo, para quienes quedó como trabajo ineludible dada la cantidad de testimonios inéditos que aportaba.
Habitual contertulia en el espacio de Jesús HermidaHermida y compañía, en Antena 3 TV a mediados de los noventa, a finales de 1995 entrevistó a los tres ex presidentes del Gobierno para el especial de Antena 3 TV El valor de un Rey. A comienzos de 1996 colaboró con este canal con entrevistas a candidatos en las elecciones generales de marzo. A partir de septiembre de 1996 presentó en Radio Voz el espacio Redacción noche, donde se encargó de dirigir y presentar las tertulias políticas nocturnas. Con la incorporación de Radio Voz a Onda Cero, en 1999, continuó ligada a la nueva cadena. Desde septiembre de 2000 como tertuliana en A toda radio y entre los meses de septiembre de 2001 y 2002 al frente del informativo nocturno La Brújula del Mundo, por lo que durante ese tiempo abandonó el puesto de subdirectora de política de este diario, al que había accedido en 2000 y al que llego de la mano de Pedro J. Ramírez.
Aquí fue, sucesivamente, columnista, adjunta al director y responsable de Opinión y del Consejo Editorial. A la vez, participó en las tertulias Primer café de Antena 3 TV (1996-2003) y en en el programa de Punto Radio Protagonistas de Luis del Olmo y De costa a costa, presentado por Félix Madero. Desde septiembre de 2004 intervino en los Desayunos de TVE, en las distintas etapas en las que el espacio tuvo como presentadoras a Pepa Bueno, Ana Pastor y María Casado, y desde septiembre de 2009 en tertulia radiofónica nocturna de COPE La linterna, presentado por Juan Pablo Colmenarejo, a quien siguió en 2018 Buenos Días Madrid, de Onda Madrid cuando tuvo que abandonar la cadena de la conferencia Episcopal. Desde diciembre de 2012 formaba parte del nuevo consejo asesor de la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA). Elegida presidenta de la Asociación de la Prensa en 2015 para un mandato de cuatro años, en 2016 fundó El Independiente junto a Casimiro García-Abadillo, periódico en el que trabajó los últimos años de su vida, a pesar de estar ya enferma. Su carácter amable, dialogante, cordial y optimista le ayudó a sortear el destino y su alta capacidad de trabajo le permitió seguir ejerciendo una profesión a la que amaba por encima de cualquier otra y a la que se entregó como pocos lo han hecho en nuestro país. Se ha ido, en silencio y con una sonrisa, una de las grandes periodistas de este país. Y una demócrata comprometida y valiente. RIP.